Desde la antigüedad se
concibe al ser humano de modo dual, compuesto por dos partes: el cuerpo y el
alma. Todavía en la actualidad, fundamentalmente por la influencia de las ideas
de René Descartes se piensa que el ser humano esquemáticamente está compuesto
por dos aristas distintas: una realidad física por una parte, identificada
claramente como el cuerpo, que posee las características de los elementos
materiales y por otra parte, una realidad que no se considera directamente
tangible y que se relaciona con la actividad del cerebro y el sistema nervioso
a la que denominamos psique, psiquismo, alma o espíritu.
La cinética es la parte de
la física que estudia el movimiento de los cuerpos (de los objetos materiales)
pero, convencidos de que el estudio del movimiento humano sobrepasa este marco
de análisis, hace falta una nueva disciplina, la psicomotricidad, que intente
detenerse en el estudio de las implicaciones recíprocas del movimiento y la
actividad relacionada con él en la evolución y la conducta global del individuo
humano.
La psicomotricidad es un vocablo que ha sido creado
desde la neuropsiquiatría, se consigue fundar sus principios en el inicio del
siglo XX donde Ernest Dupré definió el (síndrome de debilidad motriz) haciendo
referencia por primera vez a este concepto, evidenciando de esta manera la
similitud entre acción psíquica y acción motriz (Jiménez, J.1998)
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